«La soledad gay como epidemia: un reconocimiento que viene desde la misma comunidad homosexual y parece tener causas intrínsecas. En «The Huffington Post» Un periodista gay señala la vida y el ambiente homosexuales como grandes causas de infelicidad.»

Carmelo López-Arias – Revista  «Religión en libertad» 24 abril 2017

“Si ya se sabe, al final, los gays acabamos solos…

Hacía pocos días me habían comentado: “si ya se sabe, al final, los gays acabamos solos” y al leer esa noticia tan alarmante de la epidemia de la soledad gay que encontré en la prensa online, me intrigué. Así que leí los artículos online de Carmelo López-Arias en «Religión y libertad»1 y el de Michael Hobbes en el «Huffington post»2. Básicamente, trataban de los mismos casos y del mismo tema, pero estaban redactados de diferente manera.

Prejuicios negativos asociados al estilo de vida homosexual

El primero estaba redactado para fomentar los prejuicios negativos asociados al estilo de vida homosexual que: vida inmoral, inmadura, promiscua, adicta a la sexualidad, al alcohol y otras drogas, con relaciones emocionalmente dependientes y abusivas de corta duración, hedonista y centrada en la búsqueda de sensaciones, con una profunda frustración que nunca se supera.

Homofobia interiorizada no superada

Y el segundo partía de unos casos concretos, amigos del autor, que reflejaban homofobia interiorizada no superada, generalizada para toda la comunidad gay. Querámoslo o no, el prejuicio negativo contra el mundo homosexual y las personas homosexuales está, aún hoy, muy presente en nuestra sociedad. Y este prejuicio afecta también a personas homosexuales.

No existe una soledad gay

En consecuencia, yo creo que no existe una soledad gay, lo mismo que no existe soledad heterosexual, o soledad femenina, o soledad masculina. Sin embargo, sí existen mecanismos de dinámica social que pueden llevar a la soledad a hombres gays, a mujeres hetero u homosexuales, a hombres heterosexuales y a personas de otros colectivos.

Consumidores egóticos y no cooperativos, aislados y solitarios

En la cultura occidental dominante hay dinámicas en muchas áreas que fomentan el hedonismo y el individualismo en aras de encasillar a los individuos como consumidores egóticos y no cooperativos, aislados y solitarios, y que se traducen en un mensaje que está en el aire, que se extiende a toda la sociedad y que nos indica que la vida que merece la pena es la que nos ofrece satisfacción continuada, y los que la experimentan son los que saben conseguir para sí mismos esta satisfacción, sea estatus, dinero, sexo, poder, privilegios o ciertos estilos de vida.

El marco del estilo de vida homosexual

Estas dinámicas muestran un tipo de influencia social que en el colectivo gay toma la forma de la metáfora del mito de Ganimedes3 (descrito en versos de la Ilíada de Homero y de las Metamorforsis de Ovidio), joven tan valorado por su belleza que despierta el deseo de los propios dioses, Zeus lo rapta, lo hace inmortal y lo convierte en su copero para que los dioses, él el primero, gocen de su belleza en sus banquetes. Eso implica que para ser admirado hay que ser bello, joven y ser protagonista en las fiestas del ambiente y movidas similares.   Vamos, el marco de lo que antes hemos descrito como el estilo de vida homosexual.

Cediendo a la presión social

Cuando esta influencia social (que puede indicar que es bueno tener un estilo y aspecto cuidado, ir al gym, divertirse, ir lugares de moda para socializar) sube de grado y se convierte en presión social (indicando que, si no eres guapo, joven, no vas a la moda y a los lugares de moda, no eres aceptado o no vales), entonces empieza el problema personal.

Cediendo a la presión social, permitimos que ésta se transforme en nosotros en una creencia interna no cuestionada que nos dice que, si no soy joven y bello y no estoy a la última, si no hago lo que se ha de hacer, me rechazan, no valgo nada y cosas similares. Así tenemos instalado en nuestro cerebro un algoritmo de un software que funciona automática e inconscientemente, trayendo rechazo, infelicidad y soledad.

«…usa el ambiente gay, para lo que te puede dar…»

¿Y cómo podemos hacer que la influencia social del ambiente gay no pase a ser presión social? Un buen amigo mío, también psicólogo y gay me respondió a esta pregunta: usa el ambiente gay, para lo que te puede dar, pero tu mundo, que es un mundo gay por ser tuyo, tiene muchos más campos que sólo tú conoces, investígalos y hazte cargo de ellos.

En otras palabras, el problema de la llamada soledad (gay o no gay) no reside tanto en el ambiente gay y las opciones de entretenimiento y relación que ofrece, sino en reducir nuestro estilo de vida personal a estas opciones, convirtiéndolo en nuestro único estilo de vida, sin más allá, sin hacernos responsables de cubrir en otros contextos nuestras necesidades de compañía, camaradería o amistad.

Servicio de soporte emocional y psicológico

En el servicio de asistencia psicológica te ayudamos a reconocer tus propias necesidades afectivas personales y sociales, desarrollando estrategias para que irlas cubriendo resulte una experiencia satisfactoria.

Juan Carlos Uríszar, psicólogo colegiado, responsable del Servicio de soporte emocional y psicológico de Colors Sitges Link, Associació LGTBIQ+

Ilustraciones: de 愚木混株 Cdd20 en Pixabay

Te damos la mano

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    Referencias:

    1. Carmelo López Arias: https://www.religionenlibertad.com/polemicas/56366/periodista-gay-senala-vida-ambiente-homosexuales-como.html
    2. Michael Hobbes, activista gay – Artículo “Juntos y solos. La epidemia de soledad gay” https://highline.huffingtonpost.com/articles/en/gay-loneliness/
    3. Juan Carlos Uríszar -2012 – Después de Ganimedes. Una aventura para hombres gays en transición de la juventud a la edad adulta y la senectud. Editorial EGALES – Barcelona