El último fin de semana de julio, la compañía de teatro DeColors de CSL volvió a capturar la atención del público en la Sala de Actos de El Retiro de Sitges con su última producción, “Asco“, del autor cubano Yúnior García Aguilera. Tras el éxito del año pasado con “La casa y la boda“, una dramaturgia creada y dirigida por Prado G. Velázquez que fusionaba magistralmente dos tragedias de Lorca, “La casa de Bernarda Alba” y “Bodas de sangre“, la expectativa era alta. Sin embargo, DeColors ha demostrado una vez más su capacidad para sorprender y conmover.

En “La casa y la boda“, la compañía ya demostró su maestría en el teatro de mínimos, con una puesta en escena minimalista que utilizaba únicamente tres elementos: una silla, cañas y máscaras, además de incorporar elementos audiovisuales. La obra combinaba los finales de las dos tragedias lorquianas, creando una nueva pieza con el tratamiento de la tragedia griega. Los actores y actrices, en escena todo el tiempo, ofrecieron una perspectiva fresca y provocadora que resaltó la opresión, la represión sexual y la lucha por el poder en una sociedad patriarcal, y establecieron los cimientos para futuros proyectos.

Este año, DeColors ha mantenido esa esencia minimalista en “Asco“, recurriendo al audiovisual y utilizando solo dos elementos: una mesa y un telón blanco. A través de estos objetos simples, construyeron una escenografía que, lejos de ser limitada, resultó ser rica en significado y emoción. La fluidez y dinamismo en el transcurrir de las escenas, con los propios artistas participando en los cambios de escenario, añadieron un sentido casi mágico a la obra de García Aguilera. La narrativa se desarrolló de manera fluida y envolvente, utilizando transiciones que, en muchos momentos, pusieron el vello de punta al público y dotaron a los personajes de una profundidad inesperada.

La narrativa de “Asco” se adentra en los rincones más oscuros de la condición humana a través de personajes entrelazados por el dolor, el desamor y la desesperación. La historia sigue a Nara y Mario, un matrimonio desgastado por la rutina y los reproches, atrapados en un ciclo de violencia y resentimiento. A través de escenas cargadas de simbolismo y diálogos incisivos, la obra desvela los secretos, miedos y heridas profundas de cada personaje y revelando oscuros secretos.

El trabajo actoral fue sobresaliente. La obra se representó dos días, el 26 y el 27 de julio, con tres personajes interpretados por dos actores diferentes cada día. Esto permitió que los más de 160 asistentes, que vieron ambas funciones, apreciaran la magia del teatro: cómo dos interpretaciones distintas pueden ofrecer perspectivas únicas sobre los mismos personajes. El público quedó impresionado por la fuerza de los personajes y la intensidad de las actuaciones, y muchos coincidieron en que la obra, durísima y políticamente incorrecta, removía profundamente las emociones.

La Cia. DeColors ha demostrado una vez más que el teatro es una herramienta poderosa de expresión cultural y emocional. Con “Asco“, han reafirmado su compromiso con la calidad y la innovación en las artes escénicas, prometiendo seguir sorprendiendo y emocionando a su audiencia con cada nueva producción. Sin duda, estamos ansiosos por ver qué nos depara el próximo proyecto de esta talentosa compañía.


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