Desde la Antigüedad, uno de los objetivos principales en todas las manifestaciones artísticas ha sido el reflejo de la belleza, mayoritariamente representada en el cuerpo femenino.

Esto nos lleva a plantearnos: ¿Qué es la belleza? ¿Cuáles son sus componentes? ¿Cómo se ha ido desarrollando este concepto, siempre asociado a “la feminidad”? ¿Cuáles son los factores sociales, económicos y políticos que intervienen en un concepto tan subjetivo como es el de “belleza”?

Vivimos en un mundo donde la imagen supone el centro de todo. Las redes sociales, la industria de la moda, la publicidad, los medios de comunicación, nos invitan a ser como se “debe ser”. Y pone a nuestro alcance todos los medios posibles para acceder a ese ideal, inalcanzable en la gran mayoría de las ocasiones, que ha sido creado por un sistema patriarcal y capitalista, que nos quiere “bellas” a cualquier precio.

En este sentido, el ideal de belleza es preciso: mujeres blancas, jóvenes y delgadas. Heterosexuales. Delicadas pero exuberantes. Con curvas pero no demasiadas. Con el pelo largo, liso. Nada racializadas. Todo lo que no entre en este canon, forma parte de la disidencia. Patrones sexistas, gordófobos, gerontófobos y racistas que, en palabras de Virgie Tovar (1982), forman parte de un “feminicidio asistido” junto con la cultura de la dieta, de la restricción constante, patrocinado por la medicina, la cosmética y la industria estética. Un punto importante a tener en cuenta, es ser consciente de que los cánones cambian, varían según las épocas históricas, teniendo en cuenta el contexto cultural, político y económico. Y siempre es decidido por los hombres, con el mismo objetivo: marcar nuestros cuerpos y exigir el cumplimiento de la norma.

Vivir en los márgenes, en la disidencia, es luchar diariamente por sobrevivir en un mundo que se empeña en señalar a todos los cuerpos que no corresponden con el ideal. Es tener que justificar nuestra existencia, desde el respeto total a nuestros cuerpos. Es ser conscientes de que nos atraviesan de forma interseccional multitud de factores que escapan a nuestro control, pero que nos sitúan en el ojo del huracán mediático y social. Recordemos que la belleza es una obligación social y moral que tenemos las mujeres.

¿Qué estamos dispuestas a hacer para alcanzar este ideal de belleza aprobado por la sociedad? ¿Qué efectos nos acarrea a nivel psicológico, físico, emocional y social? La dictadura de la belleza quiere a mujeres sumisas, dormidas, centradas en cambiar sus cuerpos. Así no participarán como sujetos políticos ni críticos con el mundo que les rodea. Porque el objetivo será siempre ser como quieren que sean.

Ahora más que nunca, es necesario que conectemos con nuestros cuerpos, revisando nuestras heridas y las etiquetas que algún día nos pusieron. Y que nos creímos y tatuamos en nuestra piel. Ahora más que nunca necesitamos habitarnos en paz, otorgándonos la gracia de existir en nuestros cuerpos, sean como sean.

Amarnos, respetarnos tal y como somos, será el mayor acto de rebeldía.

A través de una metodología participativa y que estará centrada en las historias corporales de las participantes de un modo muy vivencial, emprenderemos el camino a la deconstrucción de nuestra idea sobre la belleza, sobre lo que debe y no debe ser. Se aplicará el enfoque interseccional, con el que podremos ser conscientes de todos los factores que se interrelacionan en nuestras vidas y que nos hacen pertenecer a un colectivo oprimido.

Recorreremos la relación personal que mantenemos con nuestro cuerpo como instrumento de relación con el mundo.

OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS

Las participantes serán capaces de:

• Conocer qué es la disidencia corporal.
• Conocer qué factores influyen en la misma y sus efectos a nivel físico, psicológico y social.
• Ser conscientes de la presión estética imperante en este sistema.
• Nombrar los contextos en los que se establecen cuáles son los cánones hegemónicos a los que debemos aspirar.

Para ello:

• Enumerarán los mensajes y etiquetas que han ido sosteniendo en sus cuerpos.
• Serán conscientes de las áreas que no se han permitido transitar por la corporalidad que habitan.
• Crearán herramientas para habitar su cuerpo de una manera respetuosa y sana.

¡Te esperamos!