Estancarse en el deseo de encontrar a la pareja perfecta que satisfará todos nuestros anhelos amorosos y nos hará felices, nos lleva a caer en trampas generadoras de sufrimiento que, en última instancia, perpetúan nuestra soledad no deseada.

El mito del amor romántico

Blanca Nieves a los enanitos: “Érase una princesa… Que se enamoró… Era un príncipe realmente encantador y comprendí que era el hombre de mi vida… En ninguna parte del mundo hay nadie como él…”  Comienza a cantar: “Tal vez muy pronto ya, mi príncipe vendrá y jamás nos diremos adiós…” (Transcripción de la versión española de la película de Disney de 1937, Blanca Nieves y los siete enanitos)

El mito del amor romántico cuyo fin último es la felicidad conseguida exclusivamente mediante una relación amorosa perfecta, forma parte de nuestro imaginario social cultural occidental y es difícil sustraerse a su influjo. De hecho, si tenemos este mito incorporado inconscientemente en nuestro sistema de pensamiento, funcionará automáticamente como el listón de referencia para sopesar a los posibles candidatos al puesto de nuestra pareja.

Las pruebas del candidato

Cuando este sistema de calibración se pone en marcha, lanza en nuestro pensamiento valoraciones similares a estas, centradas en:

  • La decepción: ¿y si este no es?, es majo, tiene cualidades, pero hay algunas cosas que no acaban de convencerme y me hacen dudar. Hay tantos hombres atractivos ahí fuera que creo que el que he elegido no es el que más me conviene.
  • El rechazo contundente: ¡Ah, no!, este no es. Ya es la segunda vez que me responde al Whatsapp dos días después. Va a lo suyo y yo no le importo lo suficiente. Hay cosas en las que no encajamos y yo no tengo por qué aguantar esos desencuentros.
  • El debería: Pues si realmente estuviera enamorado de mí, debería haberse dado cuenta de…, o debería saber que…, o debería haber tenido el detalle de…, o debería haber hecho…
  • La inmadurez: Parece que él no sepa lo que implica una relación, que crezca y se comporte como un adulto, que yo no estoy para hacer ni de padre ni de criado, ni de poli, ni de “seño” de guardería.

¿Son estas valoraciones (con sus posibles combinaciones y variantes) malas? No; podrían ser perfectamente adecuadas para ciertas personas y en determinadas circunstancias.

El boicot

Sin embargo, si aparecen en nuestra mente sistemáticamente y nos llevan a tomar, cada vez, la decisión de no dar una oportunidad a uno u otro candidato ya que el aspirante tiene algo que nos obligará a tener que adecuarnos a él, pueden estar sobre activadas y boicotear nuestra necesidad y deseo de tener una pareja.

Esta falta de predisposición a aceptar al otro con sus fallos (dentro de unos márgenes, por supuesto) puede estar ocultando nuestras propias dificultades para funcionar en una relación: falta de confianza, temor a la intimidad emocional, narcisismo excesivo, baja autoestima, tendencia a responsabilizarse de los problemas del otro (complejo de salvador), homofobia interiorizada…

Servicio de Apoyo Emocional y Psicológico de Colors Sitges Link

El Servicio de Apoyo Emocional y Psicológico de Colors Sitges Link te ayuda a evidenciar información cognitiva, emocional y conductual, para conocer y gestionar desde enfoques más útiles para ti el precioso, importante y delicado vínculo que se da en la relación de pareja.

Juan Carlos Uríszar,
Psicólogo colegiado de nuestra asociación.

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