El lema “el orgullo más grande” representa la lucha de las personas de más de sesenta años que han vivido la discriminación por el hecho de amar, pensar y ser diferentes a la mayoría. La experiencia de personas resilientes forma un colectivo con las siglas LGTBIQ+ que ha hecho frente a las violencias recibidas levantando la bandera de la libertad, el respeto y la diversidad. Àlex Gorina, periodista y crítico de cine, inició la conversación en el Patio de los Naranjos del Palau de la Generalitat, acompañado del presidente Pere Aragonès y Tania Verge, consejera, además de un grupo de grandes personas que dieron testimonio de esta generación de más de sesenta que son nuestro orgullo más grande. Representantes de entidades como la Fundació Enllaç que desde hace quince años defiende los derechos y la dignidad de las personas mayires, especialmente en los momentos de vulnerabilidad como puede ser el ingreso en una residencia.
La memoria del colectivo LGTBIQ+ es uno de los revulsivos contra la oleada de conservadurismo y fascismo que se nos insinúa próximo. La recuperación, la preservación y el mantenimiento del recuerdo de las luchas se formaliza a través de los archivos y de los espacios públicos donde los monumentos y los memoriales encarnan lugares de conciencia donde la llama de la lucha se mantiene encendida. Sitges en la imaginario colectivo simboliza el paraíso universal, el lugar donde acontecer el que muchas personas LGTBIQ+ y sus aliados sueñan realizar. Sitges es un modelo de como el mundo puede llegar a ser.
Los derechos civiles y los derechos humanos son universales y los tenemos que defender ante las agresiones que desde las instituciones se perpetran. El ejemplo del agravio causado a las madres lesbianas italianas que han visto recortadas sus libertades y sus derechos tiene que ponernos en alerta y disponernos a hacer frente para decir no, basta de agresiones a nuestra manera de vivir y de entender las familias.
Sitges ha acontecido un ideal residencial para las personas LGTBIQ+ de todo el mundo, ellos y ellas también ven un lugar emblemático para el colectivo. Una ciudad pequeña donde es fácil demostrar que un mundo diverso es posible, donde darse la mano con la persona querida no supone ningún peligro, un territorio seguro. Un pueblo pionero en la visibilidad queer (borda), donde la extravagancia o aquello anómalo se integra en la manera de ser, del sitgetanisme bien entendido. Rusiñol y sus amigos modernistas plantaron la semilla de esta rareza, de esta flor extraña que creció con las visitas de Lorca y Dalí a la revista L’Amic de les Arts. El plantel se hizo jardín con Pepito Zamora que durante la dictadura franquista paseó su ambigüedad al lado de José Constantinides, El Griego. También la elección que Antonio Amaya hizo de Sitges como lugar de residencia y el hecho de acabar los últimos años de su vida en el hospital de Sant Joan Baptista, la residencia para mayores de Sitges.
Y el orgullo más grande de todos es la auto aceptación del hecho diverso en Sitges, la acogida de los forasteros, la asunción de ser un lugar histórico por el turismo, la admisión del que Sitges ha significado para las personas LGTBIQ+, qué es y qué puede llegar a ser. La cuestión de las personas mayores preocupa en especial y desde la Associació Colors Sitges Link estamos trabajando en un programa dirigido al colectivo de mayores de setenta años, con la colaboración de la Fundació La Caixa, para seguir creando comunidad y pueblo, solidaridad y respeto. En la defensa de los derechos humanos y la memoria de todas aquellas personas que dejaron marcada por siempre su huella libre y decidida en el paseo Marítimo de Sitges.
El banco con los colores del Arco Iris es el ejemplo de la visibilización de nuestro colectivo y de los valores que representa: diversidad, dignidad y orgullo de pertenencia a un colectivo discriminado y perseguido hasta que juntos y juntas vencimos el odio y el oprobio.
El 15 de septiembre empezamos en CSL un proyecto especial para la gente mayor del colectivo residente en Sitges. El proyecto, Gente Mayor sin Armarios, con la ayuda de una trabajadora social y un psicólogo, pretende dar apoyo emocional y de curas a las personas mayores que se han quedado solas y no tienen a nadie.